En 2020, por primera vez, una pareja de mujeres recibió el Premio Nobel de Química por el desarrollo de una nueva tecnología de edición de genes: el CRISPR-Cas9. Este gran avance tecnológico fue retratado en la biografía de Jennifer Doudna, El código de la vida, escrita por Walter Isaacson.

En el mes del Día Internacional de la Mujer, hemos decidido rendir homenaje a una de las grandes mujeres de la genética. Conozca más sobre esta obra y el intrigante viaje de Jennifer Doudna y la comunidad científica hacia el desarrollo de CRISPR.

Jennifer Doudna: El código de la Vida

Según su biografía, Doudna siempre ha sido una entusiasta de la biología. La científica recuerda lo intrigantes que le resultaron las hilahila (nombre hawaiano de la planta conocida como Mimosa pudica, cuyas hojas se cierran al tocarlas) que encontró mientras montaba en bicicleta por Hilo, la ciudad hawaiana donde creció: “Me preguntaba qué hacía que las hojas reaccionaran así“.

Ella era una lectora voraz. Un día encontró el libro de James Watson “La doble hélice”, que explica cómo se reveló la estructura del ADN y muestra la importancia de este descubrimiento para el avance de la ciencia. Su interés por las estructuras moleculares no hizo más que crecer a partir de ahí.

Eso [La doble hélice] me hizo darme cuenta de que la ciencia puede ser muy emocionante, como un misterio interesante, tú puedes conseguir una pista aquí, otra pista allá. Y luego puedes juntar todas las piezas“.

Jennifer se graduó de bioquímica de la Universidad de Pomona, en California, y realizó un máster y un doctorado en biología molecular en Harvard, donde empezó a centrarse en el estudio del ARN. Fue el comienzo de la carrera de una de las principales especialistas en ARN que conocemos hoy en día.

Incluso cuando no se conocía muy bien el papel del ARN, Doudna ya lo consideraba más interesante que el ADN. Para ella, estudiar el código genético y el ARN, era “descubrir cómo y por qué funcionan las cosas en el nivel más fundamental y secreto”. “Si no es para eso, ¿Para  qué hacer ciencia?”.

Su trabajo con el ARN en la Universidad de Berkeley la llevó a realizar muchos estudios interesantes e importantes colaboraciones. Cuando Doudna empezó a trabajar con CRISPR, este ya se conocía como un sistema de defensa de las bacterias contra los virus, pero nadie sabía exactamente cómo estaba compuesto ni cómo funcionaba a nivel molecular, sólo que el ARN estaba implicado. Fue entonces cuando su laboratorio comenzó a contribuir al desarrollo de esta herramienta, publicando en el 2009 el primer artículo que explicaba el mecanismo de funcionamiento del sistema CRISPR.

Doudna “vio lo que se había descubierto como el comienzo de un viaje apasionante […]. Sabía que había algún tipo de sistema inmunológico adaptativo y quería saber cómo funcionaba“.

Ilustración de Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier

En 2011 Doudna inició una importante colaboración con Emmanuelle Charpentier, con la que compartió el Premio Nobel. En ese momento, ambas científicas llevaban unos años trabajando con el sistema CRISPR. Los esfuerzos combinados de estos dos laboratorios condujeron a los estudios que esclarecieron exactamente cuáles moléculas eran necesarias para formar el sistema CRISPR, cómo funcionaba cada una de ellas y los experimentos que demostraron que este sistema era programable para editar cualquier punto del ADN del genoma de cualquier especie.

Dios mío, eso podría ser una poderosa herramienta para la edición de genes. […] Fue uno de esos momentos en la ciencia en los que simplemente lo entiendes. Se me puso la piel de gallina y se me erizaron los pelos de la nuca“. dice Doudna.

Los descubrimientos de Doudna y Emmanuelle, publicados en la revista Science en el 2012, condujeron al desarrollo de una tecnología de edición de genes sencilla y eficaz que puede utilizarse para tratar e incluso curar enfermedades genéticas. Por ello, las científicas recibieron el Premio Nobel de Química en 2020.

El código de la Vida: historia de la carrera por el CRISPR

Para escribir la biografía, Walter Isaacson entrevistó a muchos de los científicos implicados en los avances de CRISPR. En el libro cuenta cómo estos avances, aunque estaban envueltas muchas colaboraciones entre estos científicos, también promovieron la competitividad. Todos conocían la grandeza del sistema CRISPR para la edición de genes y querían ser los primeros en demostrar cómo funcionaba en las células humanas.

La publicación del trabajo de Doudna y Charpentier fue el inicio de la carrera por el uso de CRISPR como herramienta de edición genética en humanos.

Todos sabíamos que estaríamos en una gran carrera para hacer que esto funcionara en células humanas. Había llegado el momento de aplicar esa idea, y teníamos que ser rápidos para llegar primero“. Erick Sontheimer, investigador de la Universidad de Massachusetts. 

La trayectoria de Doudna y sus colegas en esta carrera por utilizar CRISPR en células humanas es muy interesante y quedó muy bien retratada en la biografía. La historia tiene todo lo que una buena trama de suspense y drama necesita: una feroz competición por el reconocimiento, premios, dinero y patentes, peleas, traiciones y complots y, por supuesto, muchos giros y revelaciones sorprendentes que se hacen evidentes sólo en el último momento. 

El hecho de que todo sea un relato de cómo sucedieron realmente las cosas sólo hace que el libro sea aún más emocionante.

En su biografía también vemos que el papel de Jennifer Doudna fue mucho más allá del descubrimiento y la aplicación de la herramienta: ella también se involucró en la fundación de empresas de terapia génica, en el desarrollo de nuevas tecnologías de diagnóstico y tratamiento con CRISPR, así como en la participación activa en los debates sobre cómo debe utilizarse la herramienta de forma ética y responsable.

Las contribuciones de Jennifer Doudna a la biología y la medicina son muchas y deben ser reconocidas y aclamadas. En El código de la Vida, Walter Isaacson hace un excelente trabajo en este sentido, incluso manteniéndose imparcial y mostrando el punto de vista de todos los científicos involucrados con CRISPR. ¡La lectura es muy agradable y emocionante!

Traducido por Karent Gutierrez

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